Nadando contra corriente
UNA REFLEXIÓN SOBRE EL LUGAR DE LAS MUJERES EN LA LITERATURA
¿Qué hubiera sucedido si Shakespeare hubiera tenido una hermana igual de inteligente, con la misma imaginación, el mismo espíritu de aventura y la misma ansia de ver el mundo que su hermano?
A partir de esta pregunta que se hace Virginia Woolf en su ensayo Una habitación propia analizaremos entre todos y todas las condiciones necesarias para que pueda producirse un hecho artístico.
Esta charla, que surgió con motivo de la celebración del Día de las Escritoras, nos ha llevado a hacer un recorrido a través de la obra de algunas mujeres, que desafiando todo un sistema cultural y social que las excluía, consiguieron, en ocasiones pagando un alto precio personal, ofrecer al mundo la hermosura, belleza e inteligencia de una brillante creación literaria.
A lo largo de la historia las mujeres han sido apartadas de la esfera de lo público, limitadas al estrecho ámbito de lo doméstico y sistemáticamente cuestionadas en su capacidad artística. Pese a ello, en ocasiones refugiadas tras los muros de un convento, olvidadas en remotos páramos o camufladas bajo el seudónimo de un nombre masculino, algunas de ellas conseguían realizar lo que más anhelaban en este mundo: escribir.
Hablaremos de Sor Juana Inés de la Cruz, de Mary Shelley, de las hermanas Bronte, de brillantes escritoras españolas de la generación del 27 que inexplicablemente, siguen sin aparecer en los libros de texto, de algunas escritoras galardonadas con el Premio Nobel de literatura (Sólo 14 lo han conseguido en las 108 convocatorias en la historia de este premio) y también cómo no, de J.K Rowling que consiguió sobreponerse al rechazo sistemático de las editoriales antes de convertirse en una autora de éxito mundial.
Este recorrido lo haremos entre todos y todas. Estableceremos un diálogo abierto a través del cual buscaremos dar respuesta a la pregunta arriba planteada y que encierra en gran medida la clave que explica la ausencia de las mujeres en la literatura. En esta línea, partiremos de un recuerdo de infancia de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi que nos ayudará de forma amena pero rotunda a continuar nuestro discurso.
Con un brevísimo ejercicio de escritura y una ronda de libros de escritoras que sugerimos, despediremos de momento nuestra actividad.
A partir de esta pregunta que se hace Virginia Woolf en su ensayo Una habitación propia analizaremos entre todos y todas las condiciones necesarias para que pueda producirse un hecho artístico.
Esta charla, que surgió con motivo de la celebración del Día de las Escritoras, nos ha llevado a hacer un recorrido a través de la obra de algunas mujeres, que desafiando todo un sistema cultural y social que las excluía, consiguieron, en ocasiones pagando un alto precio personal, ofrecer al mundo la hermosura, belleza e inteligencia de una brillante creación literaria.
A lo largo de la historia las mujeres han sido apartadas de la esfera de lo público, limitadas al estrecho ámbito de lo doméstico y sistemáticamente cuestionadas en su capacidad artística. Pese a ello, en ocasiones refugiadas tras los muros de un convento, olvidadas en remotos páramos o camufladas bajo el seudónimo de un nombre masculino, algunas de ellas conseguían realizar lo que más anhelaban en este mundo: escribir.
Hablaremos de Sor Juana Inés de la Cruz, de Mary Shelley, de las hermanas Bronte, de brillantes escritoras españolas de la generación del 27 que inexplicablemente, siguen sin aparecer en los libros de texto, de algunas escritoras galardonadas con el Premio Nobel de literatura (Sólo 14 lo han conseguido en las 108 convocatorias en la historia de este premio) y también cómo no, de J.K Rowling que consiguió sobreponerse al rechazo sistemático de las editoriales antes de convertirse en una autora de éxito mundial.
Este recorrido lo haremos entre todos y todas. Estableceremos un diálogo abierto a través del cual buscaremos dar respuesta a la pregunta arriba planteada y que encierra en gran medida la clave que explica la ausencia de las mujeres en la literatura. En esta línea, partiremos de un recuerdo de infancia de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi que nos ayudará de forma amena pero rotunda a continuar nuestro discurso.
Con un brevísimo ejercicio de escritura y una ronda de libros de escritoras que sugerimos, despediremos de momento nuestra actividad.
Elena Octavia Álvarez
Es licenciada en Filosofía y Arte Dramático.
Empieza a trabajar como actriz allá por los años 80 con la Cía. Arena Teatro dirigida por Esteve Graset. Realiza cinco espectáculos y participa en todas las giras internacionales.
Recibe una beca para la ampliación de estudios teatrales en la Sorbona, París.
En el 92 crea junto a otros actores la productora Unidad Móvil desde la que produce y distribuye varios espectáculos, citamos entre otros: ?Ojo Caliente?y ?Lumiere?de Jhon Jesurum, ?Hécuba?y ?Made in China?de Sara Molina y ?Don Quijote?de Bolek Polivka.
En el 2000 se instala en Madrid y crea la compañía PiedraPapelTeatro, especialmente dirigida al público infantil y juvenil, a la vez que empieza a colaborar con la Red de Bibliotecas de la Comunidad, como narradora, impartiendo talleres de fomento de la lectura y de formación de usuarios. En el 2010 trabaja durante tres temporadas en la serie de televisión ?Maitena, estados alterados?. A partir de ahí, sigue colaborando como actriz en numerosas series de ficción como: ?La que se avecina?, ?Cuéntame?o ?Ciega a citas?.
En la actualidad compagina su trabajo de actriz con la colaboración en bibliotecas y centros educativos.
Empieza a trabajar como actriz allá por los años 80 con la Cía. Arena Teatro dirigida por Esteve Graset. Realiza cinco espectáculos y participa en todas las giras internacionales.
Recibe una beca para la ampliación de estudios teatrales en la Sorbona, París.
En el 92 crea junto a otros actores la productora Unidad Móvil desde la que produce y distribuye varios espectáculos, citamos entre otros: ?Ojo Caliente?y ?Lumiere?de Jhon Jesurum, ?Hécuba?y ?Made in China?de Sara Molina y ?Don Quijote?de Bolek Polivka.
En el 2000 se instala en Madrid y crea la compañía PiedraPapelTeatro, especialmente dirigida al público infantil y juvenil, a la vez que empieza a colaborar con la Red de Bibliotecas de la Comunidad, como narradora, impartiendo talleres de fomento de la lectura y de formación de usuarios. En el 2010 trabaja durante tres temporadas en la serie de televisión ?Maitena, estados alterados?. A partir de ahí, sigue colaborando como actriz en numerosas series de ficción como: ?La que se avecina?, ?Cuéntame?o ?Ciega a citas?.
En la actualidad compagina su trabajo de actriz con la colaboración en bibliotecas y centros educativos.